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Luciano Bertesi, fundador en 1965, ciertamente tenía un sueño, pero en aquellos tiempos los sueños de los padres casi nunca se manifestaban a sus hijos. Y sin embargo Luciano, con su ya rico bagaje de experiencia en Centauro junto a su esposa Elena Benetti y su suegro fundador Stefano Benetti, iniciando su andadura en solitario al frente de Stromab, inspiró realmente a buena parte de nosotros. Después de unos veinte años compartidos con los socios financiadores, Elio y Giovanni Tamagnini, Stromab volvió a ser propiedad familiar al cien por cien y a mediados de los ochenta fuimos los hijos quienes apoyamos a Luciano. Primero Rocco, luego Alessandro y unos años más tarde, Sebastian y Francesco. La pasión de nuestro padre, heredada por todos nosotros, nos permitió asumir retos que parecían enormes. La confianza en un futuro próspero, la visión de un objetivo común y la pasión por nuestras funciones se impusieron a los miedos y las perplejidades. Nuestro crecimiento empresarial se ha visto apoyado y alimentado por importantes asociaciones como SCM (Sandya) y nuestra red de ventas. Por último, nuestro debut como empresa nos permitió ampliar nuestros horizontes al pasar de las máquinas clásicas para pequeños artesanos a las máquinas automáticas. Aunque el camino ha sido largo y tortuoso, hemos conseguido mantener nuestra huella claramente visible en el mercado gracias a máquinas como las sierras radiales, diseñadas y fabricadas desde los primeros años, que aún hoy perduran en nuestra gama de productos. Después de 60 años, nos encontramos diseñando y vendiendo líneas de corte automáticas de la Industria 4.0 que nada tienen que ver con las máquinas de nuestros inicios, pero que llevan dentro la pasión del fundador Luciano Bertesi, que aún hoy nos inspira.
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